31 de diciembre de 2006
recámara
5 de diciembre de 2006
un motivo como cualquier otro
28 de noviembre de 2006
el decálogo del olvido
16 de noviembre de 2006
tu tacto al despertar y el Álgebra de Boole
9 de noviembre de 2006
Hymn To Freedom
30 de octubre de 2006
N-340
La última vez fue parecida a todas las demás, pero algo ardía en el fondo del vaso, como una premonición. Había dejado las ventanas de casa abiertas, y las llaves puestas en la cerradura: muy poco que perder, y quien quisiera llevarse algo de allí, no conseguiría más que promesas incumplidas y trozos de futuro desperdigados por el suelo. Estaba en la parada de taxis, la espalda apoyada sobre el cartel del último concierto. Recuerdo verte a lo lejos, caminando despacio, casi a cámara lenta, plano americano. Sin banda sonora, no te hacía falta. Luz natural. Supe en ese instante que había encontrado el núcleo, el centro sobre el que orbitar sin pasar dos veces por el mismo punto. Siempre venías de la misma forma, yo sentía que el resto del mundo era idiota por no darse cuenta. No tenía nada que ofrecerte, salvo los despojos que no interesan en la casa de empeños, pero a ti parecía no importarte. Tu mirada decía que pocas cosas se te resistían, eras un mapa de carreteras secundarias, calles secretas en una noche fría. Mi problema es que nunca supe lo que quisiste decir cuando estabas tan cerca que podía ver a través de tus ojos, y entonces todo se vuelve una lengua extraña, un recorrido cubierto por la niebla. El error es más pequeño cuanto más me aproximo a cero, decías, pero el peaje es demasiado caro y nunca llevo más de dos monedas en el bolsillo. Así que nos limitábamos a prender fuego a sobres sin sello, a arrojar recuerdos desde la ventanilla del coche pensando que si conseguíamos borrar lo que habíamos sido por separado, ya no habría razón para no sonreír a oscuras. Cuando se nos acabó la gasolina, ya no había nada que quemar. Tampoco podíamos ir más lejos, ni siquiera dar media vuelta y desandar el camino. Todo estalló, rebotó y chocó contra las paredes de la habitación, pero en el silencio más absoluto. Las huidas de invierno son duras, los días son demasiado largos y las noches nunca duran lo suficiente como para compensarlo. Aún así, tú repites: no digas que no te avisé cuando desaparezca nuestro futuro.
17 de octubre de 2006
autopsia
2 de octubre de 2006
RUMM
sabe cuáles son tus puntos débiles
espera a que las apuestas suban
justo cuando están en la cima
te vuelve a golpear,
donde más duele
es su especialidad
tú procuras
cumplir bien tu papel
decir frases ingeniosas
escupir al suelo de vez en cuando
ya sabes
todo lo que se supone innato
en alguien de tu talla
aguantas hasta el último
y ella se lleva la bolsa
en el fondo, todo es miedo
miedo cuando sonríes
tratando de ocultar
tu propio miedo, identificable
incluso a diez manzanas de aquí
nadie se sorprendería de verte
paseando una noche
tu miedo por los bares
como una piel de cordero
con demasiados arañazos
pero así están las cosas
y nada parece anunciar
un cambio a corto plazo,
así que aprieta bien los dientes,
aguanta otra embestida
y puede que consigas el título
si no lo logras
no te preocupes,
algún aspirante lo hará por ti
créeme
sobran aspirantes
la otra noche
alguien se apiadó de ti
se te acercó despacio
diciendo lo que todos pensamos
tal vez deberías
dedicarte a otra disciplina
la señorita Demasiado
no necesitó tantos combates
para aprender a mantener la guardia
para morder antes de ser mordida
para defenderse
de lobos miedosos
25 de septiembre de 2006
flotar sin rumbo, cerrar el paraguas, apagar la luz
12 de septiembre de 2006
el frío en tu espalda
7 de septiembre de 2006
porque cuando cierro los ojos sigo viendo tu sonrisa
cuándo puedes necesitar este instante
tan sólo has de seguir allí arriba
sembrando memoria y respirando olvido
convertida en un mar de péndulos
tempestad de cronómetros y metrónomos
con los que marcas el ritmo endiablado
de las decisiones erróneas
yo te observo desde abajo
como un faro frente a la playa desierta
para que no desaparezcas
para que no te apagues nunca
evitando los lastres de cada huída
la espina que deja el amor cuando se apaga
si caes traigo una red de arpegios
y si decides arder intentaré recordarte
exactamente como la primera vez
despierta al sur de todos los amaneceres
si no te permites sentir nada
puede que tardes una temporada en darte cuenta.
al fin y al cabo caminar sobre el alambre
no es cuestión de consciencia sino de intuición:
en un día bueno vuelas,
en uno malo te ahogas.
4 de septiembre de 2006
el recuerdo de la mujer mandrágora
29 de agosto de 2006
verdades sin límite
19 de agosto de 2006
milestones
7 de agosto de 2006
Uma lo sabía antes que tú
21 de julio de 2006
El poema en la servilleta
10 de julio de 2006
tenía muchas llaves en el bolsillo pero no recordaba cuál abría tu puerta
18 de junio de 2006
desfase horario
15 de junio de 2006
ciclo
31 de mayo de 2006
blue moon revisited
28 de mayo de 2006
pétalos que caen
21 de mayo de 2006
hielo
Dónde está todo lo que nos alimentó en aquel momento. Tú habías colocado la chistera, ésa de la que sacamos tantos sueños, boca arriba, a los pies de la cama. Jugábamos a lanzar cartas de la vieja baraja, la mayoría caían fuera y parecían sonreírnos, guiñarnos un ojo desde el suelo. Fingiendo alegrarnos o asustarnos por tonterías, terminando siempre los cuentos del otro, no sé cuánto tiempo permanecimos allí, descalzos, sin ganas de dormir. Tres minutos. Tres días. Tres meses. El caso es que tras una carcajada algo más sonora de lo normal levantamos la mirada, y éramos incapaces de reconocernos. Yo ya no te habitaba, y tú te habías marchado de mí a través de los agujeros de la persiana. Durante al menos cincuenta párrafos nos buscamos sin mucho afán, evitando encontrarnos, tan sólo para justificar que no nos sentíamos culpables, ni siquiera solos. Tal vez un poco huecos, vacíos por dentro, nada más. Esa sensación terminó desapareciendo con la luna; volvieron a llenarse nuestras vidas. Por separado.
Piensa en todos los errores que nos hemos ahorrado.
15 de mayo de 2006
rachas de viento
6 de mayo de 2006
6x4
que nadie se atreve a romper
la belleza salió ardiendo
en un estallido silencioso
cuando vimos amanecer frente al río
y se nos acababan las buenas excusas
ahora llueve constantemente
tengo dos invitaciones para el show
válidas hasta completar aforo
y sobran los que pagarían por entrar
de todas formas creo que esperaré
a que baje la marea para huir a nado
de vez en cuando hay que saber
tomar una decisión
llevarla hasta el final
no pensar en efectos secundarios
daños colaterales
terceras personas
esa clase de mentiras de manual
que nos venden en botellas no reciclables
esos sueños de un solo uso
con sabor a cerveza de barril
como todo lo que se rompe en mil pedazos
cuando lo aprietas contra el corazón
29 de abril de 2006
fuera de temporada
17 de abril de 2006
etcétera
Cuando salí de allí, ya los andamios estaban dispuestos; la princesa había encontrado un puerto en el que anclar. Al pisar la calle, el frío absoluto me recibió con indiferencia.
4 de abril de 2006
tragando soledad
19 de marzo de 2006
prefiero
8 de marzo de 2006
instrucciones para huir por debajo de la puerta sin necesidad de dar un sólo paso
5 de marzo de 2006
con nombre de canción
28 de febrero de 2006
high and dry
13 de febrero de 2006
blue moon
5 de febrero de 2006
nadie
- No voy a decírtelo. No quiero que lo olvides.
Dio un portazo al salir; supuse que de esa forma pretendía borrar todas las huellas, todo que ya era imborrable. Y los dos sabíamos que aquel gesto era el mejor punto final. Un minuto, tal vez una vida más tarde, decidí dejar de esperar su regreso. No había banda sonora ni decorado, sólo las primeras luces de un día amarillo. Un día de desierto. Permanecí sentado en una cama medio vacía, en un escenario medio lleno, contemplando una puerta blanca cerrada. Sentí algo que se derramaba, tal vez la certeza de que nunca volveremos a contarnos cuentos con las manos, ni intercambiar humo de cigarrillos por papeles cuadriculados. Fuimos durante unas horas un proyecto de hábito colgado en el espejo del baño. No podremos volver a reírnos, nos hemos reído tanto en tan poco tiempo que ya sólo nos quedan ganas de ser honestos.