12 de septiembre de 2004

10 viajes - consérvese hasta la salida

Las noches se resguardan de la tormenta con una manta fría, llena de indecisiones y cambios de opinión sin medir las consecuencias. Al mismo tiempo, robo todos los versos que me hablan de ti en cada biblioteca, para que cuando se me bajen las persianas siempre me quede un caramelo escondido a la vuelta de cualquier página. Desconfío de los caminos que sólo tienen un sentido, siempre me enamoraron autopistas sentimentales, carreteras secundarias y vías de servicio en las que perdernos sin tener que darnos explicaciones. El chico con la voz de papel sopla tu flequillo a millones de kilómetros, y las calles giran como agujas en un reloj al que olvidé dar cuerda. Intercambio de teléfonos, regreso silencioso y discos piratas: pequeños dobleces que adornan el cuero de tu sonrisa, más allá de camareros retrasando la hora de cierre y despedidas siamesas. Sigo asomado al séptimo traste, te espero descalzo sobre la cama.