No te habrás dado cuenta, pero
resonamos por las calles empapadas
horas después de habernos desvanecido
y dibujamos un mapa improbable de abrazos
en cada esquina mal iluminada
como los lunares de tu espalda bajo la luna
tejiendo la lenta armonía de los besos
esperando que en cualquier momento
algo ocurra, no sabemos muy bien qué
y creemos de la nada un universo de bolsillo
tras haber buscado sin éxito una salida de emergencia
será entonces cuando no necesitemos las palabras
no tendré que invocarte para que aparezcas
y nunca volveré a caminar por el filo
de vuelta a casa