21 de noviembre de 2010

simple twist of fate

Todavía tengo algo de ti pegado a la piel,
por dentro,
aunque no sabría definir exactamente qué es.
Al volver a casa
encontré los restos de tu paraguas en una esquina
y traté en vano de recuperar los pedazos.

A veces pienso que crecer es precisamente eso:
aprender a capturar y filtrar los instantes,
ir poco a poco convirtiéndonos en una madeja
donde se mezclan recuerdos,
sueños, deseo, errores y aciertos
que van abriéndonos y cerrándonos puertas.

Y a mí cada vez me cuesta menos
confundir los reflejos y mirarme en tus ojos,
más cerca, más cerca, sin saber muy bien
de qué lado de la realidad ocurren las cosas;
como si tú y yo fuéramos
las dos hojas de un cuchillo sin punta,
un par de piedras en el fondo de un río.

Arrastrados por la corriente
ignorando a dónde ni por qué,
pero cogidos de la mano.