28 de julio de 2005

Cuánto es demasiado

Sólo por esta noche. ¿De veras puede una noche desmontar a dos personas, descomponerlas por completo, hasta encontrar su núcleo, y convertirlas en una única manera de mirar? A la mañana siguiente sábanas desechas, colillas mal apagadas que siguen emitiendo señales de humo, y ropa, mucha ropa, el suelo de la habitación está lleno de ropa. Todas las certezas pueden deshacerse de golpe, a través de un puñado de horas, cuatro dedos extendidos y el sonido de tus zapatos sobre la alfombra. Cuestión de asomarse a una ventana de la terminal, un avión tomando tierra, decenas de maletas esperando junto a una grúa. Cuando pienso en ti todo se resume en esas dos imágenes: el equipaje y la ropa desperdigada, un contraste más que añadir a la lista. La vida se resume en una serie de presencias y encuentros, y tu ausencia siempre consigue predominar sobre el resto. Es una ausencia sombría, pesada, de textura rugosa, ausencia con vida propia. Una medalla que nadie quiere colgarse, un lastre que no se desprende. Sólo espero que no des un paso más, que sigas siendo la voz en off, igual que anoche. Es tan difícil retirarse a tiempo.

13 de julio de 2005

Best before

Se trata de mancharse los dedos. Pero no las yemas, ni ensuciarse un poco las uñas: hay que hundir los dedos hasta los nudillos. Es la única manera. Atravesar tu calle invadida por las palomas, mientras se lanzan contra el parabrisas, ese es el término justo. ¿Quién decide avanzar hasta el borde del trampolín para luego darse la vuelta y volver a bajar? Tal vez sólo así pueda llegar a comprenderte, a dar ese paso de más cuando ya no hay nada que podamos perder. Y de nuevo salimos corriendo escaleras abajo, hasta encontrar el interruptor general para encender todas las luces de la casa al mismo tiempo, nunca aprenderemos a soportar la oscuridad exterior, y por dentro nos morimos por estar a oscuras. Inventad placebos, mentiras piadosas, tatuajes temporales, fechas de caducidad, airbags laterales. Creed en el infinito, en la vida después de la muerte, en las bocas de riego y las salidas de emergencia, próximo desvío, cambio de sentido. Lo terrible es descubrir la verdad demasiado tarde, al mirarte de nuevo en el espejo y no reconocerte. Al darte cuenta de que el tiempo no es más que una navaja sin afilar, que hiere pero no mata del todo.