18 de enero de 2004

Pausa publicitaria

El placer de entenderlo todo de golpe, como si alguien encendiera inesperadamente la luz en una habitación oscura. Pasamos los días de frío dando vueltas subidos en una noria súbita, con sabor a menta y apariencia de noche de sábado. El recorrido de tu razón descubre el mundo de forma auténtica por primera vez. Me pierdo como una maleta negra en una terminal de aeropuerto y saltan las alarmas que olvidé desconectar. Los pomos de las puertas ya no sostienen las noches de miel, y las temperaturas se adaptan a la soledad del espejo del baño. Es difícil dormir cuando se tiene la sensación de que el tiempo se acaba. Subestimamos nuestra propia capacidad de darnos a quien amamos. Buscamos un mundo más cómodo, incapaces de mantener nuestra palabra durante cincuenta días, y reinventamos definiciones ya pronunciadas para evitar caer en clichés que nos enseñaron cuando éramos niños. Hoy tenemos otra oportunidad, y ya nos quedan pocas. Hagamos un esfuerzo y hablemos desde el corazón. Quizás no nos salga tan caro como pensamos.

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