23 de enero de 2004

Inventario

Hay gente esperando a los semáforos en rojo para ver la vida que cruza un paso de cebra. Hay empleados en oficinas sin ventanas, hay peces en la bañera y cosas que conviene callar. Sobre la alfombra azul del dormitorio desfilan todos los sueños que escapan aprovechando tus noches en vela. Hay un pétalo de rosa atrapado entre las páginas de un libro de poemas. Hay desayunos fugaces como cámaras de fotos desechables, y hay una mujer asomada al balcón sabiéndose admirada. Hay un hombre que habla a voces junto al estanque del parque, y hay niños jugando en toboganes y columpios que se ríen. Hay días de perros y noches de boda, hay mantas en el suelo junto a los grandes almacenes, y un mimo y tres músicos. Hay miradas que queman y palabras que no cuesta nada decir. Sonido de tráfico y televisores encendidos, ruido de platos, vasos chocando, el agua de un grifo abierto y una puerta que se cierra. Hay besos que duelen y gente que muere sola, y también hay ganas de verte al final de la semana.

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