24 de febrero de 2004

Blondy Sunday

Más allá del ruido de los coches, está el refugio de los que aún pueden vender sueños irrompibles. Evitando que las gotas de lluvia tiñan de realidad sus sombreros de fieltro, escapan hacia garantías de alta fidelidad y promesas de amor eterno tejidas con fantasías. Mientras tanto nosotros, rodeados de muros invisibles, masticamos nuestra dosis diaria de mudanzas y cartas de ajuste, compramos pantalones que traen ya incorporado el polvo de los bolsillos, y se nos rompen los electrodomésticos cuando más creemos necesitarlos. Pretendemos consumir menos de lo que hemos invertido en nuestras rutinas algo ajadas y con las esquinas de las páginas dobladas demasiadas veces. Suplico un respiro, un momento de trasbordo entre dos vuelos sin motor hacia ninguna parte. Dame un gesto, tu bufanda al cuello, alguna esperanza de vida que borre de un plumazo cuatro días y nos deje meciéndonos a contraluz, como niños que bailan por primera vez sin música de fondo.

No hay comentarios: