Creían que la música les salvaría, habían visto demasiadas películas y ya sabes cómo funciona, todo el mundo te miente con su mejor sonrisa. Por eso no les extrañó ver a la chica llorar; entraban al bar, como cada viernes desde hacía años, pero ella no estaba tras la barra. Se había sentado en una silla y bueno, tal vez no hay nada más triste que ver a una chica así llorando. Parecía la persona más sola del mundo, como si doliese tanto la pena como la sorpresa de sus propias lágrimas. Sin embargo, ellos pasaron de largo, y cuando llegaron al fondo, había otra chica, parecida, dispuesta a venderles su mejor sonrisa, su mejor mentira. Nada importaba demasiado, al fin y al cabo, esto no era más que una canción con un buen riff y todos sabemos que, en la noche del viernes, la letra es lo de menos.
1 comentario:
que lindo, escuchando la 103.7...
como se desencadena, el vacio del medio que no lei, la profundidad, el abrise y dejarse ver. Que aparezcan todos esos abrazos, que no se interrumpa lo que sea que tengas en el gran corazon.
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