13 de abril de 2004

Secretos en el fondo del mar

Esta tarde de abril desconocido traigo olor a jabón de gasolinera y texturas de papel maché. Veo cajas de cartón apiladas y albaranes sin firmar en la ciudad de los veinte nombres, donde jugamos a escondernos sin mapas ni calendarios. El teléfono comunica cuando busco tu mano al otro lado de las reuniones de negocios y los patios interiores mal iluminados, y caducaron los besos de plástico con que firmé postales sin destino, sentencias fugaces. Ofréceme menos que cero, una coraza de marfil, el mismo bar, la vida de cristal, ahora que encontré el perfume que lleva al dolor. Para despertarme necesito la caja de herramientas ausente de las cosas, el cuello de tu camisa blanca, el cuaderno de tapas verdes que guardo bajo tu almohada.

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