13 de diciembre de 2003

Oscuridad del viernes noche

Siento mi mente incendiada
veo reflejos de la tormenta
que superé con mucho esfuerzo.
Me mira la pantera
desde su privilegiada atalaya.
Nunca sé comportarme
y me abruma tu presencia;
me acerco a ti procurando
mantener la distancia de seguridad
(la única verdad que conozco eres tú)
y tú te das cuenta y me ofreces un brindis.
Luego apago el fuego
y me lamento por nada.
Soy el soldado que llama
a la puerta de la reina
pero nadie sabe el secreto,
ni siquiera tú.

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