12 de noviembre de 2007

el número de Reynolds

Alguien me dijo que debemos acostumbrarnos al dolor que supone darnos cuenta de las cosas. De todo lo que nos rodea, nos hace soñar despiertos, nos enciende luces y después las apaga de golpe, dejándonos todavía más a oscuras de lo que estábamos antes. Percibimos sensaciones que nos permiten seguir respirando, pero también tienen un lado espinoso que podemos clavarnos en un descuido. Un día me desperté lleno de colores, con un mensaje que transmitir, pero de repente estaba vacío de nuevo, en mitad de la calle desierta y con el frío calándome en los huesos. Sólo pasaron un par de semanas entre la cima y el barranco, fue un descenso bastante repentino. Es una sensación a la que más nos vale acostumbrarnos rápidamente si no queremos pasarnos el resto de nuestros días arrastrándonos por la rutina, escribiendo canciones tristes y pensando en todo lo que podríamos estar haciendo ahora. Desapareces y yo no tengo ninguna miga de pan que seguir, aquí las baldosas dejaron de ser amarillas hace tiempo, y tú eres la única persona que conoce el camino de vuelta; si me preguntaras estarías perdiendo el tiempo. Me quedé sin llaves tantas veces que tuve que inventar nuevos hogares, en cada esquina afilada del silencio; dudo que pueda acoger a nadie más entre mis papeles arrugados. Sólo soy capaz de inventar puertas y ventanas que abrir, pero esto no es una película y tú no vas a aparecer de pronto, cansada y sonriente, recortándote en el horizonte rojo. Esta vez no.

8 comentarios:

Ruy Guka dijo...

Eso, no esperes nada de ella. O sea, el personaje. Que él no espere nada de ella.

Elena -sin h- dijo...

Y sigue doliendo cuanto más vas descubriendo pero al final, con el tiempo, la constancia y la suerte, vas encendiendo velas que te impiden tropezar, al menos, en lugares ya transitados.

Esto no es una película, no, puede ser infinitamente peor. Y, dicen, infinitamente mejor, claro.

Pamela Bram dijo...

No tengo llaves

yuyu dijo...

en el fondo del mar..

Anónimo dijo...

Quizás en lugar de inventar las puertas y ventanas debieras de crearlas de verdad...

Suerte

Anónimo dijo...

supongo que hay veces en las que, en vez de dejarnos secar la sangre, preferimos seguir encharcándonos por dentro. Ya sabes, se trata de ese algo a lo que algunos llaman esperanza. Y tú, ¿estás seguro de haberla perdido? porque no te creo.

desde aquí, al parecer tu misma situación, una desconocida*.

sb dijo...

me temo que aquí no hay guiones ni argumento, pero si un tipo que no conoces y que grita acción..

algunos lo llaman dios..

y es un mal director...

Anónimo dijo...

creo que me he sentido asi... de hecho aun estoy ahi, en la parte de sentirse vacio nuevamente...

ahora espero la prox vez, a ver que ocurre

saludos