A veces es inevitable verlas aparecer de nuevo, como en una película de serie B. Estás tratando de apurar las caladas, de plantearte cada día un malabarismo más complicado, y de repente se presentan ante ti, como si no hubiera pasado el tiempo. Son las sombras de una vida que decidiste no seguir, los reflejos que produce el sol sobre un cristal en la arena. Y no puedes esquivar sus golpes, prácticamente te pasan por encima y te quedas un poco con cara de entender absolutamente nada, sorprendido ante las malas artes con que juegan tus rivales. El problema se vuelve más serio cuando a diario ves esos retazos, breves cuchilladas de caminos que no tomaste. Aquella chica desapareció de tu vida para siempre, de eso puedes estar seguro, pero no pasa ni un solo día sin que la sientas cerca. Y recuerdas también la vez en que la moneda cayó de este lado y no del otro, y tal vez por eso ahora estás aquí y no a mil kilómetros, persiguiendo un mar distinto o sumergiéndote en él, nadie sabe si mejor o peor. Por eso te duelen las sombras, buscas la luz desesperadamente, y si tarda en aparecer, llegas a perder la poca esperanza que aún conservas. Somos tiradores sin bala en la recámara; nos aterroriza la idea de quedar al descubierto y desarmados en mitad de la refriega.
6 comentarios:
Otra vez los mocos!
Pero si venía de sonrisas la cosa dos post atrás, ¿Qué pasó ahora?
Ese Peter con semejante final antropofágico...(igual su blog ta mu bonito ¿he?, no me pelien que no tá lorno pa bollos)
Beeeeeeeeeeeeeeeeeeso
si, demasiado inevitable...
Pero al final siempre encuentras la piedra adecuada entre la cascada, esa en la que poder apoyarte, descansar, recuperar el resuello y que, al mismo tiempo, te sirve de impulso.
No es la misma que aquella de hace años, pero también es capaz de maquillar tu sangre.
Hola, me ha gustado mucho leer este monólogo donde te planteas retazos de esa vida que en un momento decidiste no seguir...
Fluidez y naturalidad en tus letras.
Un saludo.
es increible como escribes, a veces parece que relates mi vida....
increible
eso ocurre cuando vives con la cabeza mirando siempre hacía el pasado.. es duro, lo sé, pero a veces no queda más remedio que tirar hacia adelante sin hacerse preguntas, porque en el algo así de sencillo se encuentra la felicidad...
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