13 de noviembre de 2004

All God´s Children

Cinco metros. Tan sólo cinco metros me separan de ti, y yo intento reducir esa distancia mirándote, casi veo mi mano rozando la curva derecha de tu cuello. Esa zona siempre me resulta un misterio, algo que no consigo dibujar con los dedos, y aparece ante mí cada vez que escuchas con atención. Inclinas un poco la cabeza y yo desciendo desde el lóbulo hasta la clavícula, memorizando la única geografía que realmente merece la pena; todo lo que necesito saber está escrito en dos palmos de piel. Probablemente tú no te habrás dado cuenta, pero a veces incluso el aire se detiene y todo se congela durante el tiempo justo para que te apartes un mechón de pelo. En eso consiste también el secreto: a los ojos de cualquiera, tan sólo somos dos personas separadas por baldosas y bancos de madera. Vistos de cerca, nos parecemos más al sol y al niño que intenta acariciarlo desde la playa.

No hay comentarios: