Nunca me voy del todo, siempre permanezco cerca, como los extintores en los centros comerciales atestados de gente y con el aire acondicionado funcionando a máxima potencia. Sencillamente no puedo alejarme lo suficiente como para considerarte un punto más en el universo, tal vez porque eres una especie de sol infinito y extraño en torno al cual las órbitas se hacen cada vez más reducidas. Y también se acortan las distancias temporales, sin dejar de pensarte y de dibujarte si no estás, para empezar a echarte de menos cuando aún no te has marchado. Tejemos nuestra propia tela de araña con vistas al museo y el puente de La Salve, convencidos de que éste es el camino correcto, ésta es la música que debería sonar para siempre en cada uno nuestros abrazos. Tres pasos más y ya estamos bailando, yo siempre tan torpe, y tú flotando delicadamente entre los versos. Con la duda todavía sin resolver, un viaje largo en metro y las gaviotas sobrevolando
30 de julio de 2009
el ritmo de tu respiración cuando estás dormida, la tectónica de placas y la mano izquierda de Mehldau
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6 comentarios:
Siempre me digo no puede ser tan difícil cerrar una puerta que no conduce a ningún sitio (o que al menos, el lugar a que nos lleva es inhabitable para nosotros). Pero lo es, vaya sí lo es...
Guau, tengo que reconocer que me encanta como escribes. Me llega muy adentro.
Un saludo!
una puerta a un abismo, tal vez. puedes mirar pero es imposible dar un paso.
Hay una canción de Love of Lesbian, (Niña Imantada) que explica, más o menos, el mismo fenómeno que relatas tú.
Bueno, tal vez no, pero me la ha recordado mucho.
"Te voy a contar este misterio:
simple y eficaz, el roce de mis dedos
te ha magnetizado, y ahora tú..."
Y eso es tan bueno como malo, cierto?
a mi me duele la clavicula derecha estos dias. habra que moverme los hilos dentro de poco.
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