18 de septiembre de 2007

érase otra vez

La princesa de los besos a medias está acostumbrada al borrón y la cuenta nueva; es experta en empezar de cero y si lo necesitas puede darte un par de clases particulares sobre cómo caer de pie. Nunca se perdió en ninguna tormenta, así que la otra noche cuando la vi aparecer entre el humo y los cuerpos sólo pude sentirme a salvo y tratar de contagiarme con un poco de su magia. Caminaba de puntillas sobre la realidad, sobrevolando el mundo con los hombros desnudos, y todos la miraban y al momento comprendían lo lejos que está de cualquier realidad tangible. Pero los érase una vez siempre esconden la cara oculta de la luna; es relativamente fácil deslumbrarte con el brillo de sus ojos, y entonces sólo te quedas con su sonrisa; es algo tan complicado como intentar descubrir la pieza que falta en el puzzle. La princesa de los besos a medias vuelve a reinventarse una y otra vez cada domingo por la mañana, porque baila tan lejos de todos y de todo que nadie es capaz de entender por qué estando siempre tan bien rodeada se siente tan sola.

3 comentarios:

Elena -sin h- dijo...

Puede que ella no se vea como tú la ves, es uno de los errores más comunes del Manual de interpretar sonrisas...

Anónimo dijo...

¿Nadie?

Tamara dijo...

Seguramente ella no sabe que es una princesa, sino ...... ¿por qué no lleva la corono? ¿por que se le caería con tanto regetón que ponen en las discotecas?