7 de agosto de 2006

Uma lo sabía antes que tú

Debería haberte dicho algo, proponerte cualquier cosa, pero el humo era tan denso y bueno, ya sabes que nunca consigo cruzar la meta aunque esté en la última vuelta y corriendo solo. Así que me limité a reconocer que sí, que nos habíamos tirado del tren en marcha justo cuando iba a descarrilar, y que desde entonces caminábamos sobre los raíles, tú en un sentido y yo en el otro. Pero mientras me absolvías estabas tan cerca que no podía distinguirte, nadie me enseñó a mirar a través de una lupa, y de repente todo el cansancio de tu ausencia me atacó por la espalda y decidí que tal vez hay tantas olas en el mar para evitar que nos quedemos anclados en el mismo punto. Tú me mirabas desde detrás de tu antifaz y sonreías como lo hace la chica del gánster en el momento de disparar el gatillo en las películas en blanco y negro, así que no tuve más remedio que encender la luz y salir de allí antes de que me atravesaras de nuevo con una única palabra. El gato negro de tu escalera me guiñó al pasar a su lado, murmurando: Las historias tristes son como los saltos en paracaídas; hay quien se hace adicto, pero para la mayoría con una vez es más que suficiente.

8 comentarios:

issis2 dijo...

Como caminantes de rieles con destino gastar mas suelas que zapatos.....
Me gusta mucho como escribes.
La Niebla

La puta que no te parió dijo...

Hombreeeeeeeeee!!!!
Los gatos no hablan...

Gato negro dijo...

Los pasos no conducen a lugares comunes. Las personas no se repiten, aunque tampoco advertimos los gritos de aviso que nos dan con ojos empañados en historias.
Me ha gustado lo de la cantidad de olas en el mar que nos obligan a no estar parados.

GATO NEGRO

Cheqa dijo...

cuando el tren partió de repente me sentí atropellada por el amor.. hay ocasiones en que tampoco puedo cruzar la meta...pero sí los límites...y quizá así no me siento del todo mal...pero tampoco del todo bien...

un abrazo desde mi cheqa conociendo tu mundo..y quedándome conmovida...

La puta que no te parió dijo...

Escucheme una cosita Gato Negro: Yo vengo y digo firmemente que los gatos no hablan, ¿Se entiende hasta aquí?, O.K., Ud se aparece con total naturalidad y se coloca debajo mío a hablar con ese nombre, Dígame: ¿No se pidía cambiar en nick para no venir a contradecirme?, peeeeeeeero, ya no hay caballeros que se saquen el saco frente a un charco!!!

Elena -sin h- dijo...

Hay adicciones que subyacen en la piel tanto tiempo que terminas por sudar ausencias. Con cierto salitre de olas mal curadas. Pero ya sabes lo que dicen, todo pasa y a veces vuelve, ésta vez con una sonrisa, de esas en las que no hacen falta lupas.

Anónimo dijo...

Será el gato de Verdaguer?

Lágrima del Guadiana dijo...

BILLETE DE VUELTA PARA EL AMOR

Estábamos tan ocupados
echándole de menos
que nadie fue a recogerlo
a la estación.
Decidió, como tantas otras veces,
bajarse en cualquier otra parada.

PD: Hermosas tus palabras, Jesús...