21 de mayo de 2006

hielo

Piensa en todos los errores que nos hemos ahorrado.

Dónde está todo lo que nos alimentó en aquel momento. Tú habías colocado la chistera, ésa de la que sacamos tantos sueños, boca arriba, a los pies de la cama. Jugábamos a lanzar cartas de la vieja baraja, la mayoría caían fuera y parecían sonreírnos, guiñarnos un ojo desde el suelo. Fingiendo alegrarnos o asustarnos por tonterías, terminando siempre los cuentos del otro, no sé cuánto tiempo permanecimos allí, descalzos, sin ganas de dormir. Tres minutos. Tres días. Tres meses. El caso es que tras una carcajada algo más sonora de lo normal levantamos la mirada, y éramos incapaces de reconocernos. Yo ya no te habitaba, y tú te habías marchado de mí a través de los agujeros de la persiana. Durante al menos cincuenta párrafos nos buscamos sin mucho afán, evitando encontrarnos, tan sólo para justificar que no nos sentíamos culpables, ni siquiera solos. Tal vez un poco huecos, vacíos por dentro, nada más. Esa sensación terminó desapareciendo con la luna; volvieron a llenarse nuestras vidas. Por separado.

Piensa en todos los errores que nos hemos ahorrado.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Fueron tres años. Vistos desde lejos dan igual que tres días.
El ahorro de errores es similar al de energía. Eso facilita las cosas. Te cansas menos.

Besos.

Anónimo dijo...

a veces una carcajada te hace levantar la mirada y te das cuenta que todo a cambiado.. pero... quizá de aquí un tiempo vuelves a ver esa misma luna y echas de menos acabar esos cuentos que aun, quieras o no... siguen sin final

Anónimo dijo...

Pero el sol a veces se esconde y tú no te diste cuenta de que había luna nueva...

Anónimo dijo...

Me quedo con la frase "... los errores que nos ahorramos"... creo que es una frase con mucho sentido común, me la aplicaré.
Un saludito.

Sansara dijo...

... pero también en lo que no aprendisteis de ellos. Así nos va enseñando la vida, la mayoría de las veces, a base de palos...

Anónimo dijo...

Where did you find it? Interesting read » »