5 de marzo de 2010

let's get lost

Tus palabras llegan con retraso, el cartero no encontraba el buzón en el bosque. Pero llegan con la fuerza habitual, para remover todos los cimientos, hacer que mire al mar de nuevo y me puedan las ganas de escapar para mirarte a los ojos. Y aún estoy al otro lado, junto al quinto árbol a la derecha, pensando en lápices de colores tan pequeños que es incómodo escribir con ellos. En cuadernos rojos de anillas, en los que faltan un puñado de hojas arrancadas que, supongo, habrán muerto de hambre, olvidadas en cajones que nunca las quisieron. Echando de menos las frecuencias de los trenes y los autobuses, las luces y los olores. Echando de menos materias delicadas, que todavía están aquí, pero que parecen quebrarse al menor soplo de viento. Los ángeles deciden irse en cuanto huelen los problemas, y me estremece aprender cómo hay personas que nunca se alejan, momentos que se quedan grabados con todo lujo de detalles, para lo bueno y lo malo. Exactamente como tu forma de mover los hombros cuando bailas sentada sobre la cama. Al fin, esas muescas son las que un día, sin saber bien por qué, nos hacen sonreír y cerrar los ojos. Necesito que venga el tiempo y ponga cada cosa en su sitio: las heridas al lado del camino, los silencios a la espalda y tus palabras en mis oídos.

5 comentarios:

Estepa Grisa dijo...

Este me ha gustado mucho :)
Aquí siempre hace viento, para bien o para mal.

H e l e n a... dijo...

Un encanto pasar por tu blog.
es placentero verme en tus letras, me encanta.
Un abrazo.

amsha dijo...

paralelismos con mi vida, con mi semana... es incríble!
bss

Mebusko dijo...

uff, yo también necesito que venga ese tiempo. bonito leerte.

At_a_glance dijo...

Preciosa descripción, preciosa manera de perderse...
:)
"Para lo bueno y para lo malo"... si es así, no dejes escapar a esa persona...
saludos!