Nunca aprenderemos a colocarnos a favor del viento, ni veremos a nuestro equipo ganar el campeonato. Puede que todas las oportunidades pasen de largo ante nuestra puerta, como si visitáramos un museo vacío; pero jamás perderemos todo lo que ya nos pertenece. Tenemos las certezas y los teléfonos rojos, las escaleras de incendios y un cajón repleto de conciertos. Así que antes de echar sal sobre la tierra quemada, piensa por un momento cómo sería todo sin aquel instante inicial, nuestro propio big bang. Sin esa forma de mirar que aprendimos con el tiempo y la práctica. Cambiaremos las reglas del juego si es lo que prefieres, pero los puentes entre tú y yo han soportado demasiadas lluvias. Porque nada dorado dura para siempre.
5 comentarios:
¡Jo! Desde uno bajo cero tienes en mente sacar chispas.
Beeeeeeeeeso
A ese uno bajo cero siempre hay que sumarle dos.
(Y felicidades otra vez ;)
Quizá ya sólo os quede volar hacia Moscú...
¿Y si pasamos a grado cero con otro post?
:D
Beeeeeeeeeeeeeeso
P.D.:Digo pa ir derritiendo el hielo un poco.
Yo tampoco creo en los siempres.
=)
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