La chica de las gafas oscuras pretende consumir cada palabra que hayas imaginado, pero es incapaz de dar un paso sin tu paraguas. Aprende a golpes, pero no es nada práctico creer en ti mismo si aún no eres consciente de tu propia soledad, de la soledad de cada uno de nosotros. Por eso todos sus intentos se estrellan contra una pared imaginaria que se alza de repente sin darle tiempo a reaccionar.
La chica de las gafas oscuras entra en las tiendas que hay en tu calle como si sus pasos seguros fueran suficiente carta de presentación, levantando un huracán de miradas y comentarios en voz baja que mueren al contacto con la realidad. Tiene demasiados incendios sin apagar y se pasea por ahí con un encendedor y una lata de gasolina que lleva tu nombre. En su último descenso a los infiernos olvidó firmar su carta de despido y cerrar un par de negocios con el chico de la esquina; todos los abrazos se quedaron en la oscuridad y al día siguiente sólo quedaron espejos crueles y huecos en el pecho.
Al recordar lo que no fue, la chica de las gafas oscuras llora como en las películas, sin hacer apenas ruido, pero al sábado siguiente no encuentra el camino de regreso a casa ni sabe retirarse en el momento oportuno: la acosan los fantasmas que no supo esconder entre los dados trucados y vuelve una y otra vez a la casilla de inicio.
Nadie enseñó a la chica de las gafas oscuras a saltar al agua sin cerrar los ojos, y últimamente quiere caminar como si viviera dentro del “Cool it down”, pero llevar una vida fácil es bastante complicado. No basta con tener el rostro adecuado, también necesitas un poco de talento, y nadie puede prestártelo a un interés tan bajo.
Al amanecer nunca hay suficientes versos que hablen de la chica de las gafas oscuras, y el sonido de sus tacones se aleja una vez más por la avenida, dejando a su paso un carrusel envuelto en humo azul y un puñado de verdades que se disfrazan de mentiras piadosas pero que no consiguen engañar al alma.
3 de julio de 2008
esta canción no tiene estribillo
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4 comentarios:
Leer este texto me hace pensar que quizá a veces los sueños brillan tanto que son necesarias esas gafas oscuras para seguir creyendo en ellos, para no comprobrar una vez más que la realidad siempre brilla más, acabando siempre por quitarles protagonismo.
Soraya.
¡Sonaste!
No es comercial.
Beeeeeeeeeeeeeeso
Me gustas tú y tú y tú y n adie más que tú! jaja perdona,pero ya ves,me haces cantar cuando te leo.. besos Jesús.
cuando uno de va de vacaciones suele encontrar, al regreso, todo un pocp cubierto de polvo.
espero que estes de vacaciones y regreses!
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