31 de enero de 2007

parte del agua

A ella le apetece de vez en cuando buscar las orillas, sentirse uno de esos restos del naufragio, cuerpos extraños en tierra firme. Él se asoma buscándola desde cada puente, nunca sabe dónde la va a encontrar. Esta tarde, ella lo espera en el muelle, junto al ayuntamiento, y sonríe cuando lo ve acercándose por la calle Buenos Aires. Durante un momento eterno, que puede ser un minuto o un par de horas, recorren la ciudad de punta a punta, y aunque son parte de ella desde que tienen memoria, son como dos árboles que han dejado crecer sus ramas hasta entrelazarse: es ahora cuando están descubriendo cada calle, cada silueta de luz y sombra en los balcones, a través de un prisma compartido; miran a través de los ojos del otro. Y él no sabe cómo hacer para permanecer un rato más así, dibujándose de una forma nueva en cada paso que dan, ajenos al tráfico y a la lluvia. Sin embargo, tiene la certeza de que mañana sólo debe acercarse a cualquier otro puente, y podrá de nuevo respirar su sonrisa. Así que no siente dolor cuando ella se suelta suavemente de su abrazo, se sumerge en el agua y se aleja, confundiéndose su reflejo con los rayos del sol, que, como él, también parecen querer retenerla en la superficie.

4 comentarios:

Elena -sin h- dijo...

La superficie siempre nos dejó demasiado fríos y profundizar a veces da miedo por el riesgo de resfriados, de esos que no se curan ni con caldo de manos calientes (no como las mías). Al final terminamos andando saltándonos las baldosas impares, que al andar somos dos y eso, a ratos, quita el frío.

Anónimo dijo...

No dejes nunca de regalarnos cosas asi. por favor

muchos besitos

La puta que no te parió dijo...

¡Pero que culo inquieto esa mujer hombre!
Tú también te gustan difíciles ¿He?, habiendo tanto regalo servido en bandeja.
A ver si llegamos al capitulo en que se besan que esta novela está peor que Falcon Crest.
Voy a optar por secarme los sesos con páginas porno antes de terminar engordando las caderas por el mismo precio.
;)
Beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeso

Perla dijo...

y a veces nos colgamos de esas ramas... tratando de ser fruto y terminamos ahorcados...

muy bonito blog... te leo...