21 de octubre de 2003

Azar y circuitos

Prometo que alisaré con mi mano
los rizos de tu pelo negro.
Prometo que mi guitarra sonará par ti
y tú estarás lo suficientemente cerca;
prometo que encenderemos juntos las velas
que alumbran tu noche y mi día.
Prometo que esta vez trataré de hacerlo todo un poquito mejor
o más despacio…
Prometo que te haré sonreír
y que intentaré arrancarte la pena.
Prometo que me acercaré a ti
con verdad, sin miedo,
para regalarte lo que llevo encima:
mi moneda de tres caras
mi espejo cóncavo y con besos
mi mano tendida
mis noches de fiesta
mi punto de vista
mi pluma y mi espada
y todo lo que logre sacar de aquí dentro.

Propósito de enmienda

Intento llegar a lo más hondo,
hacer que sientas
una emoción extrema
decirte las cosas que nadie te ha dicho;
trato de escribir
algo que te haga soñar (sufrir llorar reír),
algo que no olvides nunca.
Poner toda la carne en el asador,
jugármela a una carta
para regalarte lo que salga,
de verdad, de dentro.
No sé si lo apreciarás
o me lo mandarás devuelto
como hiciste con aquel libro.
Ahora suena en mi cabeza
una guitarra, una armónica,
la lluvia y tu voz.
Banda sonora maldita del recuerdo.

El amor es triste,
conseguí decirte un día
cuando yo ya no sufría,
por los golpes que me diste.

20 de octubre de 2003

Eclipse de luna

¿Qué querrá decir
el número 11 en la camiseta?
O esa combinación de colores
o la forma de andar,
como castigando el suelo
y dominando la escena.
Apoderándote del murmullo,
del ruido de los vasos
y las conversaciones.
Utilizando todos los medios a tu alcance
para ser el centro de atención,
el ombligo de la habitación
durante al menos un minuto.
Haciéndome sentir un voyeur
cada vez que te miro
aunque sólo sea de reojo
para comprobar
que todavía sigues aquí,
que no te has evaporado.
Provocándome deseos
de encontrarte una noche cualquiera
en un bar de tantos
y proponerte soñar juntos.
Sé que de todo esto
tú no eres consciente
ni directamente responsable.
Lo lógico será pensar
que mi corazón trabaja
más rápido que tu forma de seducir.
Y si lo pienso en frío
sé que la Luna y el Sol
son incompatibles
pero quién no ha visto
Sol y Luna juntos.
En estos días
trato de que la mente
deje de prohibir expresarse al corazón,
y tú eres el más claro ejemplo.
Te invito a un sueño.

Cenizas en el marco de la ventana

Vuelvo a necesitar
una gran fiesta.
Una dosis de alegría instantánea
que me haga recordar
quién soy desde fuera.
Que pueda sentir cosas
que no abundan últimamente,
como la fidelidad
que encierra una mirada
o la amistad
bebida a tragos largos.
Busco una celebración
que me quite las penas,
los pensamientos que sobran,
el tropezar tres veces en la misma piedra.
Algo que se lleve bien lejos
al menos por una noche
los fantasmas que no me dejan dormir.

17 de octubre de 2003

Cadáver exquisito

Sentado en la cama,
el oído alerta
buscando
cualquier recuerdo,
algún gesto tuyo,
o quizás
inventando el ritmo,
rompiendo las frases
como el que cierra y apaga la luz.

Pensando en lagunas,
en conversaciones absurdas
cuando yo improvisaba excusas
para mantenerte al teléfono.
Escribiendo
lo primero que se me ocurra,
dejando que el lápiz
me lleve de la mano
mientras oigo correr el agua del grifo
mientras una bombilla
me guiña su único ojo,
como el cazador
escucho el martilleo del reloj,
siento el roce de la manta en mi pie
y voy siguiendo el mapa
imaginario
que nadie antes ha recorrido.
El camino que me lleva a tu lado.

6 de octubre de 2003

Caminos que avanzan sin cruzarse

No me quise dar por enterado
o tal vez
no pensé que fuera algo posible
(esta falta de fe
tiene sus razones
poderosas, dolorosas, hirientes;
no te las voy a contar aquí y ahora).
La cuestión
es que fue una ocasión perdida
o el momento no era el adecuado
y ahora te miro desde el otro lado,
desde el que tú me mirabas
y pienso que cuando querías no quise,
porque cuando dejo pasar un tren
no lo lamento entonces,
sino más tarde
cuando sigo sentado en el andén.

5 de octubre de 2003

Kamikaze

Para ganar hay que jugar.
Que se mueran los contextos,
te necesitaba junto a mí.
El orden y el faro que me faltan
se fueron detrás de un acento.
No me gusta quedarme atrás
a ver la lluvia bajo techo;
prefiero pelear con el rostro descubierto.
Y quedarme ahí
a aguantar las embestidas
y si me dejo enganchar
te pondré la otra mejilla.
Siempre en serio, siempre a saco,
no hay forma más honesta
de mostrar todas las cartas
que romper primero el taco.
Y si me equivoqué
y de nuevo perdí
me queda la satisfacción
de que por un momento de esa noche
al menos fui feliz.

Hay personas que merecen la pena

El encuentro no fue casual. yo decidí jugármela y perdí. te esperabas otra cosa, no lo sé, tampoco sé cómo piensas. debo ser medio gilipollas, porque después de una bofetada siempre pongo la otra mejilla. me pasé 24 horas esperándote, imaginándote. las cosas nunca salen como uno las planea. sigo el rumbo que marca mi corazón, siempre hablo en serio, me dejo llevar y me dejo hacer, soy un kamikaze. pensé que si tú sabías cómo soy, yo iba a jugar con ventaja, pero la noche te cambia. mi docilidad tampoco te emociona, ni siquiera mi honestidad brutal. creo que contigo me equivoqué de parte a parte, pero salgo a flote: es sólo una muesca más, un golpe más. pronto volveré a poner la otra mejilla.